EL COLEGIO

PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL


El Colegio de los Santos Padres nace en el año 1984, como un emprendimiento de docentes que encontraron en Bella Vista un lugar adecuado y ambiente propicio, para llevar adelante sus convicciones y pensamiento sobre educación y formación.

Las numerosas reuniones con padres en casas de familias, previas a la apertura, nos permitieron dar a conocer nuestros ideales-objetivos-propuestas que, bajo el nombre de Educación Personal e Integral se fueron haciendo realidad a partir de marzo de 1984, con la apertura del primer año escolar del Colegio.

Esta Formación Personal o mejor llamada: Pedagogía del Corazón, consiste en llevar adelante la difícil y apasionante tarea de llegar al corazón de cada uno de nuestros alumnos y así poder conocerlos desde su misma interioridad.

Esto necesariamente requiere de una generosa apertura del corazón del otro, para lo cual es condición indispensable generar un encuentro de mutua confianza y sana cercanía.
Que los chicos encuentren un ambiente donde sentirse “cómodos” y seguros y, a partir de allí, poder desarrollar todas sus potencialidades.

La sana cercanía, básica para este encuentro, nace de la mutua apertura y de saber con claridad el lugar que cada integrante de esta comunidad ocupa en esta maravillosa y singular tarea.

Es la educación del encuentro con el otro en toda su dimensión, con sus virtudes y lógicas limitaciones, que a partir de todo esto salen a la luz y a lo largo de los años nos permite formar hombres y mujeres para la vida, formados en la fe, padres responsables y profesionales comprometidos.

El que conoce el corazón del ser humano, sabe que el acceso es posible para el que tiene rectas intenciones, claridad en sus objetivos y profundo respeto.
Para recorrer este camino, no exento de dificultades y sorpresas, necesitamos hacerlo junto con la compañía y compromiso de cada familia, sin ello la tarea sería sencillamente imposible.

Nos hace muy bien y nos reconforta sentirnos acompañados en lo esencial por toda la comunidad de padres, que entiende que éste es el camino, que con asperezas y alegrías, nos conduce al objetivo común.

La tarea es ardua, lenta y sin pausa. Nos necesitamos mutuamente en un pacto de voluntades orientadas hacia el bien de los chicos, sus hijos.

Trabajar todos los días para que ellos puedan ir descubriendo por sí solos la verdad, contemplar la belleza y hacer el bien. Si logramos esto, el resto se dará por añadidura.

Cuando nos referimos a una Formación Integral, hacemos mención a una formación religiosa, que inspira y corona toda la tarea educativa. La inspiración cristiana de toda la acción educativa no disminuye en nada la importancia y la recta autonomía de las diversas disciplinas humanas. Por lo contrario, todo aquello que constituya un verdadero valor debe ser reconocido como tal y promovido a su realización plena por una auténtica educación cristiana.

  • La educación moral que consiste en el crecimiento permanente en las virtudes personales y sociales, naturales y sobrenaturales.
  • En la estimulación del sentido de pertenencia y compromiso con la Patria, sus valores, símbolos y tradiciones.
  • La formación de la inteligencia, que debe despertar y desarrollar al máximo la capacidad de cada uno.
  • El buen dominio de la lengua inglesa que les permita insertarse con éxito en un mundo cada vez más global y competitivo.
  • La formación artística, mediante el cultivo de la sensibilidad estética y de la propia expresividad.
  • La orientación de la vida afectiva y el desarrollo armónico de la sociabilidad.
  • La educación física dentro de la cual la práctica del deporte es un medio al servicio de la formación integral.

En todo este marco, la disciplina es no solo una condición para desarrollar con orden y fruto la enseñanza y aprendizaje, sino también una escuela de virtudes para la vida; nos enseña el orden en nuestro trabajo, el respeto por los demás y el sentido de la jerarquía.

Éste es nuestro desafío, que hoy seguimos llevando adelante con un profundo convencimiento y que año tras año se profundiza con mayor claridad y solidez. Las experiencias vividas y compartidas a lo largo de todo este tiempo, nos dan la plena certeza de estar por el buen camino.

Eduardo Guelfo
Director General